sábado, 5 de noviembre de 2011

Por una casualidad de la geología


MaupitiMaupiti, Polinesia Francesa. Un pequeño capricho geológico proveyó a la isla de Maupiti de un "seguro de vida anti-globalización": el angosto passe de ‘Onoiau, en el sur de la isla.

Las islas con atolones a su alrededor poseen generalmente varios accesos navegables que comunican las aguas del lagon con las del gran océano. Pero Maupiti tiene solo uno, y es muy estrecho, como se aprecia a la izquierda de esta foto.



Son estos passes los que permiten la comunicación marítima con el exterior. La estrechez y las fuertes corrientes que siempre reinan en la passe de ‘Onoiau flanqueada por dos pequeños motus, han hecho que el acceso a Maupiti haya sido siempre una pesadilla para los navegantes. De ahí que Maupiti haya permanecido más aislada del exterior que el resto de las islas.

Y este aislamiento geográfico se refleja en la mentalidad de sus gentes que quieren seguir viviendo como sus antepasados: tranquilos y apartados del turismo. En 2005, los 1291 habitantes de la isla votaron 75%-no y 25%-sí a la construcción de un gran hotel en la paradisíaca playa de Tereia. La empresa (Hilton) había colocado 20 millones de euros sobre la mesa, a repartir entre los propietarios. Ni las palabras grandilocuentes del alcalde (Ms. Ropiteau) que era pro-hotel, ni la tentación del dinero pudieron esta vez contra el progreso. En un gesto ejemplar, Maupiti dijo no.

Hablando con representantes del ayuntamiento, me cuentan que no querían que esto se convertiera en una Bora Bora. Que si se construía el hotel no podrían pescar más en esa playa ni plantar melones en el motu. ¡Increíble! Tendríamos que pagarles un viaje a estos héroes para que hablasen con unos cuantos alcaldes de nuestro país. De haber salido SI, Hinamoé ya no podría correr más tras su hermanito.




No hay comentarios:

Publicar un comentario