sábado, 21 de julio de 2012

El mercado de Papeete


Papeete, Tahiti, Polinesia Francesa. Esta mañana he ido al mercado de Papeete: en mi casa de Barcelona se me está acabando la vainilla en polvo para añadir al café. Aconsejado por un tahitiano, un buen día añadí una pizca al café molido y desde entonces me he acostumbrado al sabor. Y aquí se encuentra la mejor vainilla del planeta, la de la isla de Taha. O sea que tres potitos de 20 g (de 8 € cada uno) me servirán para pasar una buena temporada.

Con o sin vainilla de repuesto en casa, el mercado de Papeete merece siempre una visita. Corazón y pulmón de la vida social tahitiana, aquí la animación es continua de las 6 de la mañana a las 6 de la tarde.

Los 7.000 m2 del edificio (recientemente restaurado tras más de un siglo de actividad) rebosan en colores: flores, frutas, hortalizas, pescados, vainilla, collares, perlas, tikis, pareos, tifai-fais, aceites de monoi, jabones, ukeleles...


En el mercado de Papeete no hay hilo musical. No, aquí a toda hora hay cantantes que animan todavía más la fiesta con sus ukeleles y himenés.

Fuera abundan los tenderetes de collares y coronas de tiaré. Algunos son preciosos. Le pregunto a una chica cuánto cuesta un saco de 400 tiarés. 4000 CFPs -me responde (unos 33 €). Caro, muy caro lo encuentro.

En una de las calles que llevan al mercado hay una tienda de telas que se llama Venus. Es la que tiene más variedad de tejidos estampados con motivos tahitianos. Os la aconsejo si algún día venís por estas tierras y queréis llevaros alguna tela típica.

Mi amiga Montse me ha encargado 4,5 m de tela para hacer un cubrecama. Hay millones de motivos y uno se emborracha nada más entrar en la tienda. Como ella quería un rojo, le compro el clásico sangre con hibiscus blancos. El de mejor calidad está a 8€ el metro. Aquí ya no sé decir si es caro o barato, pues no tengo mucha práctica en eso de comprar telas. Me animo yo también, y me compro 4,5 m de otro color, no tan escandaloso, a ver si me "cae" un cubrecama para mí también...¿os gustan los motivos?

viernes, 20 de julio de 2012

El hotel Intercontinental de Papeete


Papeete, Polinesia Francesa. Esta tarde cojo el vuelo de Maupiti a Papeete. Elgine, la madre de Sara, me han trenzado dos collares de tiarés. Como es tradición en esta tierra, Toimata me corona antes de mi partida y me da dos besos. Me dice que la próxima vez que venga voy a ver reformas importantes en la pensión pero no me dice cuáles... misterio.

Como en el pequeño aeródromo de Maupiti me sobra tiempo hasta el despegue de mi vuelo, me dedico a contar cuántas flores de tiaré hay en cada collar. Me quedo boquiabierto: nada menos que 300 (nota VIP: hay que decir que no todo el mundo recibe collares tan elaborados como estos y que Elgine ha tenido este gesto conmigo por mi lealtad a su pensión). Es impresionante el tiempo empleado en su elaboración...y lo poco que duran. Por la noche ya están medio mustios, y acaban tristemente en la basura.

El vuelo desde Maupiti es directo y dura 1 hora. En Papeete, los de la agencia Lardasquesí se han marcado un detalle y me han puesto en el Intercontinental Beachcomber, mi hotel preferido. Al divisarlo desde el avión (abajo) siento un buen rollito por dentro. Aquí me hospedaré las próximas 3 noches. Luego, tengo como encargo cubrir el barco carguero Aranui que abastece a las Marquesas. Pero eso será a partir del sábado día 21.

El Beachcomber se encuentra a 5 minutos del aeropuerto y a 10 de Papeete. A pesar de ser uno de esos hoteles de lujo, tiene un encanto especial, por su construcción y por el enclave. Los edificios son de dos pisos, hechos con motivos locales. Hay un gran lagonarium donde uno puede bañarse entre multitud de peces de colores. Pero sobretodo, tiene los mejores atardeceres imaginables: frente al mar y con las impresionantes montañas de la isla de Moorea de fondo. Es uno de mis lugares preferidos.

Hoy es miércoles, y todos los miércoles, a las 20:30 h actúa aquí, frente al restaurante, un grupo de danza de las Marquesas. Al bajar a cenar me encuentro casualmente con una chica que conocí en Tubuai el año pasado. Está pasando una semana en el hotel, con su hija. Tenía una mesa reservada en primera fila y me invita a que la acompañe para ver el espectáculo. ¡Eso es tener suerte amigo! -pienso. Gracias a ella puedo conseguir estas fotos:

¿Energía limpia?


Maupiti, Polinesia Francesa. Evens, su hermano Brandon y su padre Marco trabajan como técnicos electricistas en Maupiti. Practican instalaciones de TV, antenas, paneles solares, etc...

Ayer me los encontré en el muelle descargando las baterías de los paneles solares para revisión y mantenimiento en Nueva Zelanda. Aquello tenía pinta de pesar mucho. Le pregunto a Evens:


-¿Cuánto pesa cada una?
-80 kg, pero las hay mas grandes, de 120 kg.
-¿Adónde las mandáis?
-Hay que llevarlas primero a Papeete y desde allí hasta Nueva Zelanda, donde las revisan. Hay que hacerlo cada 10 años aproximadamente. Muchas están deficientes o rotas.
-¿A cuánta gente abastece cada uno de estos trastos?
-Son para los motus; una batería por casa.


Me quedo pensando...¿es tan “limpia”, “eco”, “verde” la energía solar? Esas baterías estaban llenas de ácido sulfúrico y plomo (mi profesión de químico me recuerda que Pb es el símbolo del plomo, y allí se leía Pb por todas partes). Algunas estaban rotas y vacías, con lo que quién sabe dónde fue a parar el corrosivo líquido mezclado con el plomo. Además, 12 de ellas suman ya una tonelada, y solo aquí, hoy, en Maupiti, había varias docenas. Transportarlas hasta Nueva Zelanda en barco, luego llevarlas a la correspondiente fábrica en Auckland en camión, devolverlas de nuevo aquí y colocarlas en cada motu, eso genera una animalada de energía “sucia”.

¿Realmente el combustible empleado para llevar y traer esas baterías hasta aquí (más el coste del transporte y el mantenimiento de las placas) es menor que el que gastaría un pequeño grupo electrógeno instalado en el motu para abastecer a todas las casas? A mí me da que no. Espero que alguien haya hecho este cálculo.

Mientras tanto, a su hijo Evans (con A; el padre es Evens, con E) parece preocuparle poco todos estos asuntos, y disfruta de la actividad comiendo galletas, preparando el sobrepeso que el pobre seguramente padecerá de mayor, como la mayoría de polinésicos.

miércoles, 18 de julio de 2012

Viaje a Mopelia


Maupiti, Polinesia Francesa. Mopelia (también conocido como Maupihaa) es un atolón de las Iles-sous-le-vent situado a 182 km al oeste de Maupiti, de cuya comuna depende administrativamente. Con 8 km de diámetro, su lagon es más grande y más profundo que el de Maupiti y, como ésta, tiene una única passe, peligrosa y estrecha, pero no hay isla central: el magma se la tragó hace millones de años dejando atrás un atolón.



Iles de TahitiHoy se encuentra aquí amarrado el Tahiti Nui IX, un barco de aprovisiona-miento que abastece a las islas, y que navega a Mopelia cada tres meses para llevar alimentos y transportar la copra a Papeete.

Desde el muelle le pregunto al capitán si puedo subir un momento para hablar con él.

-Oui, oui, viens! -me indica con la mano.
-Ia orana, soy Xavi Bartroli, reportero de la agencia Lardasquesí, quería hacerle unas preguntas, ¿puedo?
-Bien sûr mon ami.
-¿Cada cuando váis a Mopelia?
-Normalmente cada 3 meses, pero ahora hace 9 de la última visita. Llegamos aquí a Maupiti anteayer, y partimos para Mopelia esta misma noche. Llegaremos mañana por la mañana, después de 12 h de navegación.
-¿Cuánta gente vive allí?
- Ocho personas, todos de Maupiti. Se dedican a la copra, y nosotros vamos a buscarla para llevarla hasta Papeete, donde es procesada.
-¿Volvéis a pasar por aquí antes de ir a Papeete?
-Sí. En Mopelia nos quedamos dos días y regresamos el tercero aquí para cargar esa copra de ahí -me señala con el dedo unos sacos tendidos en el muelle cuya peste a coco concentrado tumba.
-¿Y admitís pasajeros?
-Bien sûr. Cuesta 3.000 CFP (unos 25€) ida y vuelta, más 500 (4€) cada desayuno y 1000 (8€) las cenas.
-¿Y dónde se duerme? ¿Hay camas?
-Hahahaha -se ríe con ganas- se duerme en los containers, allí abajo, nada de camas, sobre una tabla.

-Ah...luego iré a dar un vistazo ¿Y la gente allí qué hace, aparte de trabajar? ¿Tienen TV? ¿Telefonía móvil?
-No hay ni TV ni red de teléfono. Si quieren comunicarse lo hacen por radio. El agua es de lluvia, y la electricidad es por grupo electrógeno. No es fácil vivir en Mopelia.
-Ya...bueno, encantado, es todo cuanto quería saber. Naná
-me despido.

Desciendo de la cabina del capitán y visito un poco el barco por dentro. Le pido a uno de los marineros que me enseñe el interior de un container, vamos...el dormitorio. Y me encuentro con esto:

¿Alguien se anima? Yo no puedo: odio los containers...

Maupiti está triste


Maupiti, Polinesia Francesa. Esta mañana me apunto con los canadienses a hacer un poco de snorkling por la passe, la única vía de acceso por mar a esta isla. Flanqueada por dos pequeños motus, la passe hierve de vida marítima gracias a las fuertes corrientes entre el océano y el lagon que aquí se generan.

Por desgracia, persisten los restos del mal tiempo de esos días y, aunque luce un sol de primera, sopla el viento y el lagon está turbio con lo que no podemos ver las mantarrayas del año pasado (bailando con mantarrayas). Nos vamos a otro lugar más resguardado. Desde allí la vista de la isla es espectacular.

Más tarde, al pasear por la isla y saludar a todos mis conocidos percibo que Maupiti no está igual que cuando la dejé: la veo triste. Los mayores están más mayores, y los jóvenes se han ido en busca de “actividad”. La juventud busca barullo; es normal, todos lo hemos buscado cuando éramos adolescentes. Y aquí, sencillamente, hay demasiada paz y tranquilidad para ellos. Ir a Bora Bora, Raiatea o Papeete es, sin duda, una alternativa mucho más atractiva.

Además la crisis también aquí ha hecho mella: hace unos meses el nuevo alcalde sometió a votación popular hacer reformas en edificios públicos u organizar el Heiva 2012. La gente votó lo primero, con lo que este año no hay Heiva. Los bailes, los concursos, la vida social en las baraques, todo eso que tanta vida daba a la isla hasta ahora, sencillamente no está... y se nota ¡caramba si se nota!

El año pasado me afinqué casi un mes aquí. Este creo que no lo aguantaría. A sabiendas de que no había Heiva, en esta ocasión he venido sólo por 3 días.

Aquí os dejo unas fotos de la punta Terei’a, la única playa de la isla central, virgen como siempre y libre de hoteles, espero que por muchos muchos años.

martes, 17 de julio de 2012

Maupiti


Maupiti, Polinesia Francesa. Ayer tarde llegué a Maupiti, mi isla, pequeña y querida. El vuelo desde Bora Bora solamente dura 15 minutos. Desde la ventanilla del avión, el lagon se ve calmado y está despejado ¡Por fin el sol! En Bora Bora ha estado nublado y lloviendo durante los últimos 7 días, algo realmente excepcional. No en vano, el bueno de Samuel me decía en broma c’est un privilège de ver Bora Bora bajo la lluvia tanto tiempo, pues poca gente lo puede contar. Puedo pensar en privilegios mejores...

Una vez en el aeropuerto de Maupiti, situado en un motu, comienzo a ver caras conocidas tan sólo bajar de la escalera del avión: Pierre, que trabaja en el aeropuerto, Brandon el sobrino de Loana, Jacques en cuya pensión me alojaré, y tantas otras cuyo nombre no recuerdo o nunca aprendí.

Jacques me acompaña en barco a su pensión, Taputea, junto con una pareja de quebequoises que también se alojarán allí.

Al llegar, alegría y abrazos: Sara y su marido Ben, Toimata, la madre Elgine, el pequeño Taputea, y cómo no, el simpático perro Marroon que tantas horas me acompañó durante los desayunos el año pasado. Todos siguen aquí, nada ha cambiado.

Sara y Ben se han especializado en hacer pizzas, sobretodo para llevar. Una gran idea, pues evidentemente no hay ninguna pizzeria en toda la isla (de hecho no hay ningún restaurante), con lo que tienen a toda la población como clientela. Les va muy bien y me alegro por ellos pues aquí hay muy poca emprendeduría.

Así pues, hoy cenamos pizza...y pescado crudo ¡como no podía ser de otra manera!

lunes, 16 de julio de 2012

And the winner is...


Bora Bora, Polinesia Francesa. Esta es la última noche de Heiva i Bora Bora. Hoy han concursado las mejores parejas, y acto seguido se ha procedido a la entrega de premios. La expectación es máxima, después de tanto esfuerzo, ensayo y entusiasmo.

Al finalizar, todos los integrantes se disponen en coro, sentados en la plaza. Comienza el anuncio del fallo del jurado y el reparto de premios. La noche es larga pues hay 5 premios por modalidad, y son muchas las modalidades presentadas. Los trofeos son de lo más elaborado:


Cada vez que se anuncia un premio, un representante del grupo sale a recogerlo, al sonido de los tambores, bailando alrededor del que entrega el trofeo, normalmente una miss, o uno de los alcaldes.

Y por fin, el ganador, el mejor de los mejores, el momento tan esperado, el primer premio de baile otea se lo lleva el grupo...

FAANUI


Y hasta aquí el Heiva i Bora Bora 2012. Nunca antes la agencia Lardasquesí había cubierto el festival tan a fondo. Mañana voy a la isla de al lado, Maupiti, a descansar unos días y recuperarme del duro trabajo de esta semana.

domingo, 15 de julio de 2012

14 Julio, día nacional de Francia

Bora Bora, Polinesia Francesa. Hoy es el 14-Juillet, es decir, el día nacional de Francia, celebrado en Metropole y sus dependencias, y en el que se conmemora la toma de la Bastilla y el fin de la monarquía absoluta.

A lo tonto a lo tonto, no está mal lo que todavía conservan los franceses: por un lado están las islas de Martinica y Guadalupe, y la Guyana francesa en América, y las islas de La Reunión y Mayotte en el Indico. Estos territorios se conocen como DOM (Departaments et Regions d’Outre-mer). Son parte del territorio francés como los son las islas Canarias para España. Forman parte, por lo tanto, de la CEE.

Además están las COM (Collectivités d’Outre-mer) que incluyen las islas de Sain-Pierre-et-Miquelon (Canadá), Saint-Barthélemy y Saint-Martin (Caribe), Wallis-et-Futuna y la Polinesia Francesa (Pacífico).

Y sigue: los franceses tienen Nueva Caledonia (que goza de un estatus sui generis), las Tierras Australes y Antárticas Francesas (integradas por las islas Kerguelen, Crozet, Saint Paul, Amsterdam, así como islotes desperdigados en el Indico, a saber Bassas da India, Europa, Gloriosas, Juan de Nova y Tromelin) y la isla de Clipperton en el Pacífico Norte.

Aquí, en Bora Bora, también se celebra este día, claro está. La fiesta comienza con la ofrenda de un bouquet de flores a la bandera del imperio por parte del gobernador Gaston Tong Sang.




Le sigue un desfile. En París y en las grandes ciudades este desfile es militar. Aquí es popular: desfila la isla entera, desde el cura, hasta el último de los empleados de hotel, pasando por pescadores, tenistas, veterinarios...todos.


A continuación tiene lugar la carrera de portadores de frutas, primero en su versión femenina (15 kg) y después en la versión masculina (30 kg).





Los campeones, sonrientes y sudados, posan para el público.

Y las misses, cómo no, aquí queriendo hacerse una foto con Mister Espagne 2012.