sábado, 24 de noviembre de 2012

La Piscina Natural de la Isla de los Pinos


Île des Pins, Nueva Caledonia. Un largo paseo por un entresijo de bahías y estuarios conduce hasta la Piscine Naturelle en la bahía de Oro.

A la salida del hotel, unos recién casados se hacen la foto de turno en una canoa tradicional

El sol luce espléndido. Después de tanta nube y mal tiempo, por fin hoy el cielo está despejado y la luz es clara y fuerte.

Île des Pins fue visitada por primera vez por un occidental en 1774. Era el Capitán Cook a bordo del Resolution en su segundo viaje por los mares del sur. Su objetivo era encontrar la Tierra Austral, ese enorme continente que los sabios de la época creían que debía existir en alguna parte del Pacífico para "compensar" la enorme masa de tierra que había en el otro lado del globo. 


El capitán no desembarcó en esta ocasión, pero vio humo con lo que concluyó que estaba habitada. Eran los kuniés, un pueblo melanesio cuya presencia en la isla se remonta al año 2.000 aC. A pesar de su "descubrimiento", Cook no era el primer turista en visitar la isla pues parece ser que los marineros chinos acudían a menudo en busca de madera de sándalo y pepinos de mar.


Île des Pins no siempre fue precisamente un paraíso. Los franceses utilizaron su mitad suroeste como prisión natural hace siglo y medio. En 1872 enviaron hasta 3.000 presos y otra gente non-grata tales como bereberes insurgentes argelinos. Para ello expulsaron y persiguieron a comunidades enteras de kuniés. Los deportados acabaron construyendo carreteras y edificios, y también fundaron periódicos y hasta un teatro. Fueron amnistiados 7 años más tarde.

Al final del camino aparece la piscine, un estanque natural tallado en el coral, rodeado de rocas y pinos columnares y con aguas de color turquesa. Realmente, este es un lugar que merecía la pena visitar.

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