domingo, 19 de mayo de 2013

Pano Koufonisi, una isla para desaparecer

Pano Koufonisi, Cícladas Menores, Grecia. Hoy os voy a contar uno de mis secretos mejor guardados. Al fin y al cabo, parece ser que este blog no lo lee tanta gente, solo mis amigos, seguidores, y algún que otro despistado extranjero que entra esporádicamente. 

Resulta que cerca de la isla de Naxos existe un grupito de islas pequeñas, conocidas como las Cícladas Menores, relativamente poco frecuentadas por el turismo. Una de ellas, Pano Koufonisi (o Koufonisi Superior) es una auténtica joya. Se llega en ferry, y si pensáis ir podéis informaros aquí.

Nos aproximamos a Pano Koufonisi por su costa este, procedentes de Paros. Ha sido una travesía tranquila, con aguas muy calmadas. Luce una luz espléndida.

Tras bordear la costa sureste de la isla, nos dirigimos al pueblo principal, Koufonisi, donde nos esperan unos amigos de Barcelona. Solo desembarcar nos percatamos que éste es un lugar diferente. El pueblo, frente a una tranquila playa de arena dorada, vieve en paz y en armonía con el entorno. Fuera, las barcas de pescadores mecen suavemente sobre el agua calmada de la bahía. Yates...ni uno.




Isla de playas de arena blanca, Koufonisi tiene las aguas más claras y azules de todas las Cícladas. Sus 260 habitantes viven de la pesca y la agricultura principalmente, aunque en los últimos años se han ido abriendo al turismo. Aún así, conserva todo el encanto y originalidad de las islas griegas de antaño.


Una vez recorrida la parte costera y la playa, nos adentramos por los callejones del pueblo. Un anciano me mira con cara sorprendida desde su balcón blanquiazul ribeteado de buganvillas.

Nuestros amigos, grandes expertos en Pano Koufonisi (de hecho ha sido gracias a ellos que hemos descubierto este maravilloso lugar) proponen tomar un ouzo en el otro puerto, frente a un antiguo molino. Se ha puesto el sol y las luces y la calma hacen acto de presencia.
Finalmente, cenamos en un restaurante vecino, regentado por un antiguo capitán de barco quien amablemente nos invita a entrar a la cocina para seleccionar a dedo el pescado que más nos apetezca. Allí se encuentra también su oficina, junto a los aparatos de radar y de sónar de su antigua embarcación.


Qué pena: no recuerdo el nombre del restaurante, pero si pensáis llegar hasta allí, imprimid esta última foto y preguntad por la zona por ese hombre. Comeréis de maravilla, a base de pescado fresco, en una terraza frente al puerto del molino.  

3 comentarios:

  1. Xavi, qué increible esta isla. Gracias por compartir.
    Soy de Argentina y siempre quise ir a un lugar de Grecia con poco turirmo, y este lugar me parece ideal!
    Se puede meter al mar sin restricciones? El agua es tibia como el caribe?
    En caso de llegar a Atenas, es mucho trabajo llegar a la isla?

    Muchas gracias! Saludos.

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