jueves, 28 de noviembre de 2013

La Mola de Formentera

Formentera, Islas Baleares. Al Este de Formentera existe una meseta que se eleva casi 200 m sobre el nivel del mar conocida con el nombre de La Mola.

Desde el pueblo de Sant Ferrán y siguiendo la carretera en dirección Este, atravesamos la zona angosta de la isla dejando a un lado la pintoresca aldea de Es Caló, frente a la Playa de Tramuntana:

A partir de allí comenzamos a subir la cuesta de La Mola. En uno de los revuelos de la carretera conviene pararse y contemplar la fantástica vista que desde allí se divisa de toda la isla, con el majestuoso peñasco de Es Vedrà de telón de fondo.
De nuevo en la carretera alcanzamos la planicie y se acaban las curvas. Llegamos al pueblo de El Pilar de la Mola donde los miércoles y domingos hay un mercadillo hippie en el que los habitantes de la isla "importados" de todo el mundo cantan, venden su artesanía, o simplemente se encuentran para charlar un rato.

Siguiendo hasta el final de la carretera nos topamos con el faro de la Mola, que data de 1861. Rodearlo a pie es algo no apto para los que tienen vértigo, pero vale la pena intentarlo.


En el acantilado que rodea el faro anida el único endemismo de la avifauna balear: la pardela balear, o virot petit (Puffinus mauretanicus). Veinte años atrás la pardela balear tenía un rango taxonómico inferior: se la clasificaba como subespecie de la pardela mediterránea (Puffinus yelkuan). Pero estudios más recientes (yo añadiría que algo sesgados y contaminados por cierta presión política) llevaron a considerarla como especie per se. Sí..."presión política": resulta que elevarla al rango de especie la colocaba directamente como "única ave endémica de las Baleares", lo cual conduciría a obtener ayudas medioambientales, fomentaría el turismo birdwatcher, etc...

Una vez considerada "especie" pasó directamente a ser "especie en peligro crítico de extinción" pues la población de parejas nidificantes pareció ser alarmantemente baja (2.000 parejas) valiéndole el título de "ave marina más amenazada de Europa".

De nuevo fueron resultados dudosos: un estudio reciente ha demostrado que la población total de pardela balear asciende como mínimo a 25.000 aves. Resulta que los recuentos migracionales realizados desde Gibraltar y los de las parejas reproductoras en las Baleares no coincidían, por lo que se cree que hay muchos más nidos de los que se tienen controlados. Si os interesa ver esos resultados de primera mano pinchad aquí.

martes, 26 de noviembre de 2013

Formentera

Formentera, Islas Baleares. Formentera, la pequeña de las Pitiusas, es una de esas islas mediterráneas que todavía conserva cierto encanto. Y digo "cierto" porque a pesar de albergar las aguas más claras y turquesas de España, de ofrecer unas maravillosas playas de arena blanca, de no ser un lugar de la noche ni de vicio como su vecina Ibiza, de haberse librado de los tentáculos del turismo masivo, a pesar de todo eso y por desgracia, la falta de un plan urbanístico adecuado ha estropeado el paisaje en muchos rincones.

Para los que vivimos en Barcelona llegar a Formentera es relativamente rápido y barato. Un vuelo, que puede resultar muy económico si se saca con tiempo, nos lleva a Ibiza en 35 minutos. Afortunadamente para la conservación de la isla, Formentera no tiene aeropuerto, por lo que hay que coger un ferry en el puerto de Ibiza. Si el tiempo lo permite disfrutaremos en cubierta de un agradable trayecto durante otra media hora larga. 

El barco nos deja en el puerto de La Savina, en el norte de la isla. Solo poner pie en tierra firme se nota un ambiente diferente: el aire, la gente, los turistas...hay algo mágico en todo lo que nos rodea.


El próximo paso es alquilar algo para movernos. Una Vespa es lo más popular, ideal para desplazarse de aquí a allí por los escasos 20 km de largo que tiene la isla.

Con ya varias visitas en mi curriculum insular, debo daros un consejo: no vayáis en Agosto u os arriesgáis a acabar con la

sensación de estar en Italia. Tal es la cantidad de italianos que invaden la isla cada verano que uno no da crédito a lo que ve (y oye!). Para mí la mejor época es Septiembre y Octubre, antes de que que finalice la temporada, cosa que ocurre mayormente en el puente de la hispanidad. Es durantes estos meses cuando la isla está tranquila, el clima todavía permite el baño, las playas están casi vacías y libres de yates y veleros, no hay colas en los restaurantes, la atmósfera está limpia...vamos, que vale la pena elegir bien el momento.
Una vez allí se nos abre un amplio abanico de posibilidades para pasar el día. Desde luego hay unos cuantos rincones que merece la pena visitar. Hoy comenzaremos por el norte, la playa de Ses Illetes (foto superior) y sus alrededores. Por el camino que nos lleva hasta allí bordearemos primeramente el Estany Pudent y pasaremos por las salinas d'en Marroig, donde hace años habían una colonia de flamencos encadenados.


En Illetes seguiremos por la barra de arena y atravesamos a pie el paso de agua somera hasta llegar a la isla de Espalmador. Allí es un clásico tomar un baño de barro.
De vuelta pararemos en alguno de los numerosos chiringuitos que hay en la playa orientada al oeste, disfrutando de la puesta de sol sobre la espectacular isla de Es Vedrà, en Ibiza. Si decidís comer algo aquí, ojo con los precios.