lunes, 29 de febrero de 2016

Isla Asunción, el punto de entrada al grupo Aldabra



Isla Asunción, Aldabra, Seychelles

Seychelles es un país de 115 islas. La zona turística se concentra prácticamente en su totalidad en las llamadas Islas Interiores, conocidas más comúnmente como graníticas, y son Mahé (la isla principal y sede de la capital Victoria), Praslin, La Digue, y otras islas vecinas. Sin embargo, el territorio del país es vastísimo, con un área total de 1,3 millones de km2 y muchas otras islas. Así, al suroeste tenemos las Amirantes, y un poco más al sur, el grupo Alphonse. Aquí llega algún que otro turista, pero ya son escasos y restringidos a unos pocos hoteles de lujo. Pero hay dos grupos más de islas, a más de 1.000 km al Sur, raramente visitadas: son el grupo Aldabra (formado por el atolón de Aldabra, Asunción, Cosmoledo y Astove) y el grupo Farquhar (formado por Farquhar, Providencia y Saint Pierre). Hoy estamos en Asunción.




Después del mal trago de ayer en Comores, el MS Island Sky fondea bajo un sol de justicia frente a Isla Asunción, perteneciente al grupo Aldabra. La avería en el circuito de refrigeración ha ocasionado un fuerte retraso y debemos reconfigurar lo que queda de trayecto.

Por de pronto hemos de recibir aquí a los oficiales, que han venido expresamente en jet desde Victoria (la capital) para sellar nuestros pasaportes y darnos el permiso de visita a la reserva de Aldabra. Guy, nuestro guía seychelliano, va a su encuentro en zodiac y los trae a bordo.




Una vez finalizados los trámites, el capitán anuncia los nuevos planes: en lugar de ir esta tarde a Aldabra como estaba previsto, intentaremos desembarcar aquí, en Isla Asunción (novedad) pero en la costa este, al resguardo del viento. Mañana pasaremos todo el día en Aldabra (plan original) y pasado mañana visitaremos Cosmoledo (novedad) y al día siguiente Farquhar (novedad) en lugar de isla Providencia (plan original). 


Isla Asunción (Assumption Island) es una pequeña isla coralina, de tan solo 11 km2, con una pista de aterrizaje asfaltada (la única en este grupo de islas), construida en los 90 para el ir y venir de los científicos de Aldabra (situada a 27 km de aquí). El interior de la isla es básicamente plano, recubierto de vegetación arbustiva.

Fondeamos frente a la costa sureste, mucho más calmada, y comienza el ir y venir de las zodiacs a una pequeña playa.



Anteriormente, esta isla tenía muchos árboles y mucha vida aviar. Por desgracia, hasta 1983 fue explotada por su guano, y muy mal gestionada ecológicamente, dejando atrás este panorama desolador. Desde entonces, aquí no vive nadie, excepto por las visitas esporádicas de los oficiales y científicos. Durante el paseo nos encontramos con nuestras primeras tortugas gigantes, que los científicos han traído de Aldabra, de donde son originales. En la playa hay huellas de tortugas marinas que han venido a desovar. Aparte de esto, se oye el trino de un pajarillo (seguramente un suimanga), y poca cosa más. La isla parece estar aletargada.




Atención: el siguiente contenido escrito puede herir la sensibilidad del lector!

Cabría pensar que tan lejos del mundo occidental y de toda posible contaminación, las playas de una isla desierta y apartada como ésta deberían ser las más vírgenes y limpias del mundo mundial ¿no es cierto? Nada más lejos de la realidad. Mirad cuánta porquería hay aquí concentrada: botellas de plástico, chanclas, encendedores, potes de medicamentos, sprays... Es realmente decepcionante.




Pero hay más. Resulta que en 2015 Seychelles prestó la isla en leasing a la India, y en agosto el gigante asiático comenzó a actuar, reparando la pista de aterrizaje y rehabilitando las instalaciones. Oficialmente el contrato se firmó para que India ayudase al SPDF (el departamento de defensa de Seychelles) en su lucha contra los piratas. Ojalá sea solo eso y no un truco para construir un día un super hotel para alguno de sus marajás.

domingo, 28 de febrero de 2016

Comores, un país al borde del caos



Moroni, Comores

Malas noticias: el MS Island Sky fondea esta madrugada frente al muelle de Moroni, en la isla de Grand Comore, y fuera hace un tiempo de mil demonios, con oleaje fuerte y aguaceros intermitentes. La cosa pinta mal.

El Archipiélago de Comores está formado por 4 islas situadas a medio camino entre el norte de Mozambique y el norte de Madagascar. Tras largos períodos de influencia árabe, principalmente procedente del Yemen y Omán (el 98% de la población es hoy musulmana), a finales de siglo 19 las 4 islas pasaron a ser dependientes de Francia. En 1975 tres de las islas se independizan, mientras que una cuarta, Mayotte, decide por votación mayoritaria quedarse bajo el dominio francés. En 2011 Mayotte se constituye departamento de ultramar francés, es decir, al mismo nivel que La Reunión, Martinica, Guadalupe, o La Guyana, y, por lo tanto, en el mismo estatus que cualquier región metropolitana de Francia. Estamos hablando de que hoy Mayotte es tan europea como Cantabria.



A pesar de las malas condiciones climáticas, una de nuestra zodiacs toma tierra en Moroni con Guy (nuestro experto marinero seychelliano) y un par de guías, entre otras cosas para pasar los trámites con las autoridades (estamos en un país nuevo). Llueve a cántaros y el oleaje es fortísimo. Para colmo, se pincha uno de los flotadores de la zodiac. Aún así, por el momento sigue en pie el desembarco de pasajeros. 


La verdad, nadie lo ve claro. El capitán ordena el acceso a las zodiacs por estribor en lugar de por popa. Los marineros colocan la pasarela y los primeros pasajeros comienzan a descender bajo un diluvio descomunal. Cuando el primero de ellos pone pie en el último escalón de la pasarela, el capitán aborta la operación "por demasiado arriesgada". Todos para arriba, y operación anulada. Bye bye Comores. Estas son dos fotos que nuestra fotógrafa Sue Forbes toma en el muelle, para que os hagáis una idea de las condiciones climáticas. Eso sí, al mal tiempo buena cara:




Nos contentamos de la decisión. Estoy convencido de que hubiera pasado algo: somos muchos y la media de edad es alta. Y además, aún habiendo podido desembarcar a todos los pasajeros con éxito, quedaba la incertidumbre de la posterior vuelta al barco al cabo de unas horas: ¿qué garantías había de que el tiempo no empeorase? Ninguna!

Así que nos conformamos con alguna foto de la ciudad desde cubierta. Sue, con su 400mm, logra una fantástica toma de un zorro volador aseándose en el mar.



Nuestro consuelo es que de todas las escalas programadas, ésta era probablemente una de las menos atractivas. El país está asumido en un profundo caos, con más de 20 golpes de estado desde la independencia. Desgraciadamente, es también uno de los países más pobres del mundo, y uno de los más densos. Desde el barco podemos ver cómo se acumula la basura en el muelle: toneladas de porquería abocada al mar.

El capitán pone entonces rumbo a Aldabra, nuestro más deseado destino. Pero algo está pasando: navegamos muy, muy despacio. ¿Qué ocurre ahora? Debido a la alta concentración de basura en las aguas de Moroni, uno de los 4 circuitos de refrigeración de MS Island Sky ha atrapado "algo" y está embozado. Los ingenieros ponen manos al asunto, pero no dan con el circuito embozado hasta que revisan el último, el cuarto (Murphy), a altas horas de la madrugada.

Naturalmente, aumenta el nerviosismo entre los pasajeros: ¿cómo afecta este importante retraso al resto de nuestro plan? ¿amainará el temporal en Aldabra? ¿podremos desembarcar? Sue me comenta que en la anterior ocasión, no lo consiguieron por el mal tiempo. Ostras: esto sí que sería gordo!

Bueno. Tranquilidad, no nos desesperemos antes de lo previsto. Afuera está lleno de alcatraces patirrojos que están pidiendo fotos "a gritos". Así que, a pasarla bien:



sábado, 27 de febrero de 2016

La isla de Ibo, donde el tiempo se detuvo hace 200 años



Isla de Ibo, Quirimbas, Mozambique

Nos dirigimos al Archipiélago de Quirimbas, al Norte de Mozambique, nuestra última escala en este país.

El MS Island Sky fondea al norte de la isla de Ibo, y desde allí tomamos las zodiacs en un larguísimo recorrido hasta el muelle del pueblo.



Ibo es de nuevo otro de esos asentamientos coloniales con un encanto especial. Pero aquí se suma que las antiguas casas están abandonadas y las calles desiertas con lo que se respira una paz y una tranquilidad suprema. Vasco de Gama (¡como no!) también se detuvo en Ibo, en 1502. La ciudad fue fortificada en 1609 y a finales del siglo 18 ya era la segunda más importante del Mozambique colonial.




En uno de los caminos que conducen a la parte habitada, me encuentro una chica occidental que camina con su perro. Le digo boa tardi, y, no sé cómo ni por qué, noto que su look me resulta cercano. Le pregunto de dónde es y me dice que de Girona. Es increíble! és que estem per tot arreu! Me explica que está de voluntaria trabajando de maestra con la ONG catalana Fundación Ibo. No es un tópico: realmente uno se encuentra con catalanes en todos los rincones de este mundo.




A finales del siglo XVIII (1791) los portugueses construyeron aquí el Fuerte de São João, diseñado para acomodar hasta 300 personas. En los días del esclavismo, las cámaras de la planta baja se utilizaban para apiñar esclavos. Hoy, tan solo 200 años después, las ocupan los artesanos de la plata, conocidos por sus piezas hechas a partir las antiguas monedas de plata.






La lluvia hace finalmente acto de presencia. Por suerte nos pilla ya en el Ibo Island Lodge, un hotel con una de las terrazas más bonitas que yo haya visto jamás.



En el jardín, un grupo de jóvenes nos deleita con sus canciones. Las chicas lucen unos coloridos velos azul celeste que contrastan con su piel morena.




En el patio del lodge, se ha instalado una enorme colonia de tejedores. Observo con atención uno de ellos y me percato que en el interior del pequeño cerebro de estas aves, no sé cómo, pero hay anclada una fuerte e irresistible tendencia innata a "coser" hierbas. Verlos en plena acción es, simplemente, apasionante. ¿Cómo demonios estará almacenada la orden "coser" en el ADN de estas aves?





La lluvia cede paso al buen tiempo y nos dirigimos de nuevo al muelle para emprender el largo trayecto de vuelta hasta el barco.



Al cabo de casi 1 hora en zodiac llegamos al MS Island Sky, allí, majestuosamente fondeado en lugar seguro, esperando, sereno.


viernes, 26 de febrero de 2016

Isla Mozambique, al más puro estilo colonial



Isla Mozambique

El MS Island Sky fondea a primera hora de hoy en la gran bahía de Mossuril, frente a la fortaleza de Isla Mozambique, o Ilha como la conocen aquí. Ilha es una ciudad-isla fortificada, capital del país hasta 1898, y desde 1991 Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Un puente de casi 4 km de largo la conecta con el continente.



Vasco de Gama estuvo aquí en 1498. Anterior a su llegada, convivían árabes y negros swahilis subordinados al sultán de Zanzíbar. En 1507 se estableció el primer asentamiento portugués, y desde entones fue un importante puerto comercial de la Carreira da India, la ruta marítima que unía Lisboa con Goa (India).



Acabado el desayuno en cubierta, subimos a las zodiacs y tomamos tierra en un pequeño muelle. Hace un calor y una humedad insoportables, y al cabo de pocos pasos nuestro grupo parece haber salido de una ducha donde no había toallas.




Comienza el paseo a pie por las calles antiguas y mágicas del lugar. Lo primero que uno se encuentra es, de nuevo, con otra estatua de Vasco de Gama, frente al antiguo palacio del gobernador. Pero es una vez dentro del pueblo cuando se aprecia esa mezcla explosiva entre lo bello y el deterioro, esas paredes amarillas y rosas, con la pintura que se cae, con la gentes exóticas y sus atuendos de colores, ahí es cuando me percato del mundo que queda por ver todavía.







Al igual que en Zanzíbar y otras ciudades del este del Indico, estas costas estuvieron mucho tiempo manchadas por el tráfico de esclavos. En un pequeño patio se ha erigido un memorial por todos esos seres humanos que fueron tratados como objetos con la más terrible de las crueldades. Unas placas conmemoran tan triste etapa de nuestro pasado.





Más adelante nos encontramos con la Iglesia de la Misericordia, erigida en 1556 y destruida por los holandeses durante su invasión a Ilha en 1607.



A su lado está el Palácio dos Capitães-Generais, del cual la foto de abajo muestra el patio interior. Fue construido en 1610, y más tarde pasó a ser la sede del Capitán General del Estado de Mozambique, hasta que la capital fue trasladada a Lourenço-Marqués. Hoy es museo y su visita muestra el lujo en que vivían esos gobernadores. Una especie de Versailles a lo africano. Lástima que no estuviera permitido hacer fotografías en su interior porque alguno de los cuadros era francamente horrendo.



La Fortaleza de São Sebastião ocupa una buena parte norte de la isla. Tiene 4 grandes baluartes y numerosos restos de cañones. En su plaza de armas se alza la Capilla de São Sebastião. Una pareja de halcones pizarrosos nos deleita con sus vuelos rasantes.






De camino hacia el muelle, a lo lejos, asoman unos nubarrones que pronostican un cambio de tiempo, y que dan este toque dramático a nuestras fotos, como si de un lienzo se tratase.